Me gusta masturbarme desde la eternidad de su partida.
En la mitad de los funerales,
antes de que se enfríen los cafés.
La corona de mi coño lleva un collar de azúcares,
con lengüetazos eras bienvenido para
emanciparla.
Me gusta oler la viscosidad de
un aguacero ahora llano.
Atrapado entre hojas secas del invierno.
La suavidad rosácea.
Colocar el dedo índice.
Empujar.
Me gustan las lágrimas de los orgasmos culposos detrás de la cortina, con los mil ojos de nuestros padres atornillando nuestras vibraciones.
Los lápices mojados de la biblioteca municipal.
La despersonalización de los gemidos,
la ópera de los cuartos 405 y 406
de los hostales de Lince.
Los libros de teoría literaria como aliados
de nuestras treinta y cinco penetraciones.
Ingreso nuevamente, con las pestañas escudriñando la ventana y el bombardeo serpenteante de las confesiones
de mis cuatro dedos batallando nuestro final.
Me gusta masturbarme,
insertar pinceles o lápices, dependiendo del sentido del viento.
Me gusta el diálogo de los pezones erectos,
La agonía de la espera de las manecillas del reloj.
En la mitad de los funerales,
antes de que se enfríen los cafés.
La corona de mi coño lleva un collar de azúcares,
con lengüetazos eras bienvenido para
emanciparla.
Me gusta oler la viscosidad de
un aguacero ahora llano.
Atrapado entre hojas secas del invierno.
La suavidad rosácea.
Colocar el dedo índice.
Empujar.
Me gustan las lágrimas de los orgasmos culposos detrás de la cortina, con los mil ojos de nuestros padres atornillando nuestras vibraciones.
Los lápices mojados de la biblioteca municipal.
La despersonalización de los gemidos,
la ópera de los cuartos 405 y 406
de los hostales de Lince.
Los libros de teoría literaria como aliados
de nuestras treinta y cinco penetraciones.
Ingreso nuevamente, con las pestañas escudriñando la ventana y el bombardeo serpenteante de las confesiones
de mis cuatro dedos batallando nuestro final.
Me gusta masturbarme,
insertar pinceles o lápices, dependiendo del sentido del viento.
Me gusta el diálogo de los pezones erectos,
La agonía de la espera de las manecillas del reloj.
María Font - Blue Tragedy
María Font nació en Lima en 1993. Estudiante vitalicia de Literatura en UNMSM y de periodismo en la Universidad Jaime Bausate y Meza. Ha publicado los poemarios Blue tragedy o el panfleto del gatito negro (La otra orilla, 2018) y Aprendiendo a enterrar a los muertos (Hipatia, 2019). Además de activista feminista pro-LGTB, se ha desempeñado como docente, editora y gestora cultural.