sábado, 18 de febrero de 2017

Virgen de légamo

La gota,
cae la gota,
recibe la sábana una gota
y aquello es todo lo que necesito
para besar, carnívoro, su vulva;
el clítoris, lamérselo a lo loco;
hundirle mis dedos de a poquitos.
La ceremonia consiste en morderse
y rozar la piel más suave
con las palmas
o los vellos de la cara
hasta que el pezón adquiera rigidez de costra,
o hasta,
que el pene no se aguante más dentro de sí mismo.
Entonces, puede uno estrujar los senos
o atravesar entre ellos el glande,
según lo permita su tamaño.
El objetivo aquí es mojarse:
aguardar a ritmo de fricción la gota.
Cerrar luego los ojos y estremecer la lengua.
(giup, giup)
nunca fue la sal más rica que estas sales vaginales
ni el ano, por más papila acariciado
(giup)
sorber como venciendo succión contraria,
como arrancando al placer de su casa
(giup)
Es la hora en que los órganos sexuales nos palpitan
y pareciera que van a salir corriendo,
Hora de entrampe o chapaleo de sirena:
Si tanto jugo carcomió tus dedos
imagina lo que le pasará a tu verga.
                               atrás                      adelante
                               atrás                      adelante
                                                              y luego para arriba
vagina entornando lo que penetra
y ante todo
el hilo de sangre
de sangre
de sangre
la sangre
que en bienvenida cae, como la gota,
en bienvenida, también
la absorción convexa de la rosa
donde si fueras más pez se te reventarían los tímpanos.

Ella, que de la ciénaga no supo y ahora sabe

plac plac
envuelta
hasta en un charco de sonido
plac plac
introducida en la pared frotada de lo hondo
plac plac plac
por el chorro avisado en las entrañas
plac        plac        plac
entrañas retorcidas con su leche
plac                       plac
o en la tripa que su peso le descarga
¡plac!
Ella,
es sangre o gota
sangre  y gota:
Sangre,
el dolor desquiciándole las piernas
gota,
la cadencia del semen fulminante
sangre,
cogerla hasta que se expanda
gota,
contracciones en su línea del costado
sangre,
ella desciende por el cielo a los infiernos
gota,
lame el semen con su sangre y me sonríe
sangre,
aún la lleva tiesa entre sus manos
gota,
apenas tiene trece años

sangre,
la aprieta, la chupa, me la lava
gota,
a lo lejos, se oye su apellido
y es igual al mío.


Renato Castillo - Inédito 

Renato Castillo nació en Chimbote en 1993. Es estudiante del octavo ciclo de Ciencias de la Comunicación en la Universidad Nacional de Trujillo. Mantiene su obra inédita.